* Sentada en el banquito de mi balcón, mirando las estrellas y lanzando bien lejos la pregunta-duda que tiene mi corazón, estaba yo, con los pies en la tierra y el pensamiento en la luna, cuando suena la musiquita del teléfono que anuncia que alguien quiere hablar conmigo y resulta que ese "alguien" eres tú...
* Hace más de tres meses nos conocemos y estoy dudando ya de lo que siento: mi corazón te quiere mucho, pero demasiado para ser solo amigos, y creo que tú ya te diste cuenta...
- Ho-o-o-o-o-la- balbuceando saludaste. Todo comenzó, con un simple saludo, super trivial, pero desde el principio noté algo extraño en nuestra relación, algo que no se ve todos los días, algo mega especial había (y existe todavía) entre nosotros... Todo se confirma cuando te veo y se confunde cuando no estás y paso horas pensando en ti, aclarando mis dudas. Somos como una tormenta eléctrica constante, que de repente suelta su chispazo, pero que se calma porque estamos muy nerviosos como para "seguir la corriente", tormenta que viene y se va, así como las olas del mar.
* Tres condenados meses en los que me he aguantado las ganas de desinflarme como un globo, para sacarme todos los sentimientos que hay en mi, pero me da miedo el como puedas reaccionar, me da miedo que te alejes de mi, me da miedo perderte...
- Si, ya, bueno, nos vemos mañana - ¡TÍPICO! Siempre dices (o decías) lo mismo; y es que en solo un segundo pueden cambiar las cosas, y yo ya me estaba aburriendo de esperar algo de parte tuya, cuando soltaste el gran anhelado y esperado "TE QUIERO" que yo quería oír. Fin de la llamada...
* Sentada en el banquito de mi balcón, recordando la primera vez que te vi, la primera vez que sentí maripositas en mi estómago. Lanzando "TE QUIERO" al aire sin recibir una respuesta. Han pasado 30 minutos desde que dijiste las palabras mágicas que alegraron mi corazón... Suena el teléfono... eras tú de nuevo...
* Hace más de tres meses nos conocemos y estoy dudando ya de lo que siento: mi corazón te quiere mucho, pero demasiado para ser solo amigos, y creo que tú ya te diste cuenta...
- Ho-o-o-o-o-la- balbuceando saludaste. Todo comenzó, con un simple saludo, super trivial, pero desde el principio noté algo extraño en nuestra relación, algo que no se ve todos los días, algo mega especial había (y existe todavía) entre nosotros... Todo se confirma cuando te veo y se confunde cuando no estás y paso horas pensando en ti, aclarando mis dudas. Somos como una tormenta eléctrica constante, que de repente suelta su chispazo, pero que se calma porque estamos muy nerviosos como para "seguir la corriente", tormenta que viene y se va, así como las olas del mar.
* Tres condenados meses en los que me he aguantado las ganas de desinflarme como un globo, para sacarme todos los sentimientos que hay en mi, pero me da miedo el como puedas reaccionar, me da miedo que te alejes de mi, me da miedo perderte...
- Si, ya, bueno, nos vemos mañana - ¡TÍPICO! Siempre dices (o decías) lo mismo; y es que en solo un segundo pueden cambiar las cosas, y yo ya me estaba aburriendo de esperar algo de parte tuya, cuando soltaste el gran anhelado y esperado "TE QUIERO" que yo quería oír. Fin de la llamada...
* Sentada en el banquito de mi balcón, recordando la primera vez que te vi, la primera vez que sentí maripositas en mi estómago. Lanzando "TE QUIERO" al aire sin recibir una respuesta. Han pasado 30 minutos desde que dijiste las palabras mágicas que alegraron mi corazón... Suena el teléfono... eras tú de nuevo...
